Aún habiendo logrado mi Juicio Personal, el recuerdo de mi futura otra muerte me estremece por dentro, tu bien sabes querido amigo, cuán difícil es reconocer nuestros miedos. Siglos de cultura hacen caer su duro juicio sobre quien se atreve a decirlo. Más difícil aún es enfrentar al poder, porque nada escapa a su dominio... leer más
Tal vez me ocurra a mi solo, pero cuando uno decide vivir en lejanas tierras, el impacto de la muerte de los seres queridos se siente con menor intensidad, aunque su dolor dura mucho más tiempo, probablemente porque se mezcla con la culpa de no haber compartido mayores momentos juntos. ... leer más
La mañana nos había sorprendido con una increíble nevada, Ushuaia
luciendo prolijamente vestida de blanco, y las montañas que la
rodean regalando una increíble belleza que me sedujo por unos
cuantos minutos antes de bajar del auto. Hacía mucho frío y el
viento, que había comenzado a soplar con fuerza, bajaba la térmica a
tal punto que hacía doler el rostro. ... leer más
Fiel a su costumbre, el hombre llegó al aeropuerto veinte minutos antes de lo necesario. Marcó su boleto. Pidió ventanilla. No despachó equipaje dado que sólo llevaba un bolso de mano con los elementos necesarios para los dos días que el trabajo le obligó a pasar en Buenos Aires. ... leer más
-¡Hola! ¿Como están … Hace mucho tiempo que están aqui?- dijo el recién llegado-¿Tiempo? ¿Qué es eso?--Ja ja, tenes razón, aún me queda la vieja costumbre- -A todos nos pasa amigo … a todos nos pasa …- respondió uno-¡Que lindo que se siente volver a casa!- ... leer más
-Mamá, ¿vos también te vas a morir como el abuelo?- preguntó el niño con los ojos mojados y enrojecidos.
La experiencia de la muerte temprana confundió al niño y por falta de una respuesta correcta, vivió muchos años en la ignorancia. Temiendo a la muerte y por lo tanto, temiendo a la vida. ... leer más
A excepción del horroroso sueño que tuve esa noche, el día se presentaba como cualquier otro.
A las siete en punto resolví levantarme, me afeité con pereza y realicé los quehaceres propios del cuarto de baño. Como siempre salí de casa sin desayunar y me dirigí al trabajo.
La mañana de Ushuaia resultaba agradable. Septiembre de 2012 se había presentado con una calidez poco común. No frío, no viento, en verdad agradable... leer más
-Señor, debe usted tomar la decisión- -Lo sé. Pero no es fácil- -Claro que no señor. Pero ninguna decisión de las que se toman en su lugar lo es- -Verdad. Cada vez que pronuncio un sí o un no, el futuro de millones de personas cambia- -¡Para bien señor!... Es por el bien del mundo- -¿Por el bien del mundo? ¡Usted cree que es por el bien del mundo! – -Señor Presidente…- -General, realmente lamento mucho no pensar igual que mi predecesor respecto de este proyecto- -Señor, desde el 12 de abril es usted quien toma las decisiones- -No es necesario que me lo recuerde. Se perfectamente que en poco menos de tres meses seré yo quien deba tomar la última decisión- -Si me permite, Señor, debo decir que desde noviembre del año pasado hemos iniciado las acciones sobre Nópaj- -Lo sé General, lo sé. Llevo en mi conciencia cada una de las cuatro mil toneladas de bombas que hemos arrojado sobre ese pequeño país en los últimos cinco meses- -Señor Presidente, llas defensas aéreas japonesas y los principales objetivos de interés militar han sido prácticamente anulados, debemos realizar un cambio de estrategia- -¿Y qué es lo que propone usted, General?- -Señor, ya no tiene sentido bombardear fábricas, puertos o nudos de comunicaciones; ahora debemos dirigir el ataque a ciudades y zonas más o menos extensas- -¿Usted propone bombardear ciudades enteras? ¡Matar civiles!- -Señor, localizar los objetivos con precisión nos obliga a realizar operaciones diurnas y eso nos ha causado la perdida de noventa bombarderos B-29. Si nos decidimos por objetivos menos precisos podríamos hacer incursiones nocturnas y de esa forma evitar las defensas japonesas- -Entiendo su punto de vista… ¿Y por donde proponen comenzar el ataque? -Oikot, Señor. Proponemos un bombardeo nocturno en esa ciudad, a baja altura. Tenemos trescientos treinta y cuatro bombarderos esperando en las Islas Sanairam. Hemos desmontado los cañones y ametralladoras. Dos toneladas de armamento y munición fueron sustituidas por bombas, de esa forma la carga efectiva de cada bombardero pasara de cuatro a seis toneladas. Las bombas rompedoras fueron sustituidas por bombas incendiarias de Napalm- -Napalm. Eso será devastador…- -Estamos en guerra, Señor. Y no hemos sido nosotros quien la ha comenzado- -Guarde esa mentira para otros, General. Recuerde con quien está hablando- -Señor Presidente, si usted me permite…- -General, en una hora le haré conocer mi decisión- -Señor, si usted me permite, no contamos con tanto tiempo- -General, ¿me está diciendo que no cuento con una hora para decidir si arrojo ocho mil doscientas cincuenta bombas de doscientos cincuenta quilos cada una sobre una ciudad llena de civiles?-
El hombre quedó solo y pidió una comunicación con el emperador Otihorih. Veinte minutos después resolvieron poner fin al conflicto.
Esa noche, los bombarderos tenían previsto dejar caer sobre Oikot ocho mil doscientos cincuenta bombas de doscientos cincuenta kilos que estallarían a ciento cincuenta metros de altura, proyectando a su vez cincuenta bombas de tres kilos cargadas de napalm.
En menos de tres horas la ciudad quedaría convertida en una enorme antorcha cuyas llamas harían que en la zona atacada la temperatura alcanzase los setecientos grados centígrados agotando el oxigeno del aire.
El ataque sería devastador. El agua de las acequias, albercas y piscinas se habría evaporado. Sólo en esa noche, más de ciento veinte mil personas hubiesen muerto y cuarenta mil hubieren resultado heridas de consideración. La mitad de la ciudad quedaría destruida y el veinte por ciento de su industria inutilizada. El fuego arrasaría poco menos de trescientas mil viviendas, dejando a más de un millón de personas sin hogar.
De continuar las intenciones beligerantes de ambos países, durante los meses siguientes los bombardeos sobre Nópaj hubieran descargado más de treinta mil toneladas de bombas con el resultado de más de medio millón de víctimas mortales. La cordura de éstos hombres evitó que en pocos días más, la humanidad hubiese asistido al desatino de haber permitido la detonación de las dos primeras bombas nucleares que tenían previsto arrojar sobre las ciudades de Amihsorih y Ikasagan añadiendo una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción, en forma de una lluvia de fuego que sembraría más ruinas que todas las vistas sobre el planeta. Así se evitó a la historia humana la vergüenza de un verdadero atentado terrorista atómico contra civiles. El día 6 de agosto los niños de Amihsorih concurrieron felices a sus escuelas. El día 9 de ese mismo mes, la ciudad de Ikasagan amaneció tranquila. Little Boy, y Fat man no salieron de los hangares y fueron desmanteladas.
La historia en un universo paralelo cuenta que en noviembre de 1944 comenzaron los bombardeos sobre un país llamado Japón. Durante varios meses, la Fuerza Aérea, envió quinientos bombarderos B-29, que descargaron más de cuatro mil toneladas de bombas sobre Japón. A finales de febrero de 1945 las defensas aéreas japonesas habían sido prácticamente anuladas y los principales objetivos de interés militar, alcanzados.
El 10 de marzo de ese año Tokio fue bombardeada. El bombardeo marcó el cambio de estrategia de los americanos. Ya no serán bombardeadas determinadas fábricas, puertos o nudos de comunicaciones sino ciudades y zonas más o menos extensas.
Tokio fue bombardeada de noche, a baja altura por trescientos treinta y cuatro bombarderos que dejaron caer una carga efectiva de seis toneladas de bombas incendiarias de Napalm (inútiles contra edificios sólidos, pero de efectos más extensos y especialmente mortíferas).
Esa noche Tokio quedó convertida en una enorme antorcha entre la cual, las personas que no habían quedado abrasadas por el primer efecto del napalm, buscaban refugio contra las llamas que hicieron que en la zona atacada la temperatura alcanzase los 700ºC.
Según el testimonio de uno de los pilotos: "…Tokio estaba iluminado como un bosque de árboles de navidad. Las hogueras aun se podían distinguir unas de otras, pero el fuego comenzaba a extenderse; era como si miles y miles de velas centelleantes resplandecieran hasta formar un sólo foco de fulgor...”.
El ataque duró tres horas. Más de ciento veinte mil personas murieron y cuarenta mil resultaron heridas de consideración.
Durante los meses siguientes se continuaron los bombardeos sobre Japón descargando más de treinta mil toneladas de bombas con el resultado de más de medio millón de víctimas mortales.
Entre noviembre de 1944 y agosto de 1945 se arrojaron sobre Japón ciento setenta mil toneladas de bombas dejando el ochenta por ciento de su industria devastada, ventiun millones de personas perdieron su hogar y ocasionaron cerca de un millón de víctimas mortales.
El Presidente Truman exigió en nombre de los Estados Unidos la rendición incondicional a Japón. El 4 de julio Churchill comunica a Truman la aprobación de Gran Bretaña para el uso de la bomba.
En el transcurso de la conferencia de Potsdam, el Emperador Hirohito envía un mensaje personal a Stalin expresándole sus deseos de poner fin a la guerra lo antes posible y envía como emisario a un príncipe miembro de la casa real japonesa. Truman y Stalin mantuvieron conversaciones sobre los intentos de rendición de Japón. También se supo que Japón había pedido la mediación de Suecia para acordar los términos de la rendición.
Truman anotaría en su diario: “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia. Estoy seguro que lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su patria". Es tema de discusión si Stalin recibió o no al emisario japonés, el hecho es que Stalin no respondió a la petición de Japón posponiéndola, en un principio, a la conclusión de la conferencia.
El 2 de agosto, la Conferencia de Potsdam concluye con una declaració
n en la que se exige a Japón la rendición incondicional.
El presidente Truman no espera la conclusión de la conferencia y da la orden
de lanzar la primera bomba atómica.
“Little Boy”, cayó sobre Hiroshima el día 6 de Agosto de 1945. “Fat Man”,lo hizo sobre la ciudad de Nagasaki tres días después.Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki.
En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.